Se llevó a cabo la XXII Jornada Anual del Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE), donde más de 300 referentes del ámbito público, privado y de la sociedad civil se reunieron en el MALBA para reflexionar sobre el rol que la Inversión Social Privada puede asumir en pos del desarrollo sostenible de Argentina.
“Hoy no alcanza con que incrementemos la ética en los negocios ni con mejorar de forma aislada la gestión de impactos. Nuestro país requiere de una vanguardia, pero no una que destaque por la sofisticación de un grupo de iluminados autopercibidos en la avanzada de una nueva filosofía. Tiene que ser disruptiva y tiene que ser un movimiento. Si es tiempo de vanguardia, será una que sacuda la polarización e invite a todos a participar en su construcción”, destacó Javier García Moritán, director ejecutivo del GDFE, al enmarcar el espíritu de la Jornada.
Gustavo Castagnino, director de asuntos corporativos de Genneia y Agustina Catone, directora de la Fundación Telefónica Movistar –y máximas autoridades del GDFE– dieron la bienvenida al encuentro reflexionando sobre el rol que el sector privado puede asumir en un contexto de pérdida de confianza en las instituciones y deterioro del tejido social. “Si queremos resolver problemas estructurales, es hora de alinear esfuerzos. Más que persistir en una disputa ideológica de ‘Estado vs. mercado’, podemos impulsar un movimiento en el que todas las instituciones coloquen el bien público como fin trascendental”, destacaron.
La jornada incluyó una emotiva intervención de Ricky Pashkus, director de musicales y coreógrafo, quien dialogó con Mariana Ibero, directora de capital humano de Farmacity, sobre la predisposición humana para la creación. “Mis acciones definen lo que soy”, reflexionó Pashkus, invitando a la audiencia a tener “una fe infinita” en el trabajo que realizan y a integrar el miedo, la ambigüedad y la incertidumbre en el liderazgo de vanguardia, como aspectos esenciales para mejorar vidas.
Con la moderación de Ana Inés Álvarez, directora ejecutiva de Fundación Avon Argentina, el panel “La vanguardia del bien público”, reunió a voces comprometidas de ámbitos diversos. Rómulo Bertoya, presidente de Fundación Rosario, habló sobre la misión de regenerar el entramado social en esa ciudad y convocó a todos los sectores a alinear esfuerzos. Carlos Torrendell, secretario de Educación de la Nación, resaltó: “La vanguardia en la Argentina pasa por dejar de estar tabicados ideológicamente para tener una mirada integral”. Y puso como ejemplo el plan de alfabetización que alcanzó un acuerdo con todas las provincias e incluyó a organizaciones de la sociedad civil para resolver ese problema educativo. Clara Muzzio, vicejefa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, compartió cómo su experiencia personal como madre la llevó a integrar su rol institucional con un propósito más humano y forjar un propósito para administrar las tensiones en beneficio del bien común. Augusto Zampini, sacerdote, abogado y teólogo, habló sobre la denominada “Economía de Francisco” y definió la esperanza como la capacidad de “mirar la realidad contemplando las paradojas”, resaltando la necesidad de incluir diferentes perspectivas para una comprensión más profunda de los desafíos.
Por su parte, Malena Famá, fundadora y presidenta de Fundación Multipolar, describió su trabajo de acompañamiento a personas en situación de calle y el proceso de generación de oportunidades laborales. “La vanguardia que necesitamos debe ser colectiva”, señaló, haciendo un llamado a la sinceridad en las conversaciones que la impulsen.
Finalmente, el director de orquesta Sergio Feferovich cerró el evento con una reflexión sobre “la sinfonía del bien común”. A través de una metáfora musical, resaltó que es “la acción colectiva”, y no el “individualismo virtuoso”, la que permite alinear esfuerzos en torno a una misión común, capaz de impactar en temas estructurales como la alfabetización y la erradicación de la pobreza.
Para revivir la XXII Jornada Anual, accedé a: https://www.youtube.com/live/Y5XNz3tD8fE?si=adMLF1bEVDdsY_Zj