En Boletín GDFE, marzo / abril 2017.
El Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE) realizó el primer encuentro junto con la Subsecretaría de Responsabilidad Social para el Desarrollo Sostenible de la Nación, en el marco de un espacio de diálogo público-privado que se viene consolidando. En esta oportunidad, funcionarios de distintos Ministerios dieron a conocer a representantes de empresas y fundaciones donantes, incentivos técnicos y financieros a su alcance, para promover la sustentabilidad.
La reunión se llevó a cabo el 19 de abril en la sede del GDFE, y contó con la participación de la presidenta del GDFE, María Julia Díaz Ardaya, y la directora ejecutiva del GDFE, Carolina Langan. Disertaron: Agustín Dellagiovanna, director nacional de Acreditación de Organizaciones de la Subsecretaría; Gimena García Delgado, integrante de la Coordinación de Responsabilidad Social del Ministerio de Trabajo; Carlos Piñeiro, de la Dirección de Producción y Consumo Sustentable, del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable; Natalia Basso, responsable del Programa Nacional de Reducción de Pérdida y Desperdicio de Alimentos, y Eugenio Corradini, responsable del Programa “Sumar Valor”, ambos, dependientes del Ministerio de Agroindustria.
Dellagiovanna inició la reunión detallando las principales estrategias que impulsan desde la Subsecretaría. Estas son: el Foro de Responsabilidad para el Desarrollo Sostenible, el Registro Único de Organizaciones de Responsabilidad Social (RUORES), asistencia técnica gratuita para acompañar a las organizaciones en el desarrollo de un plan estratégico de responsabilidad social y a futuro financiamiento para proyectos sostenibles. En su charla, hizo especial énfasis en el Registro “porque, además de visibilizar y distinguir, permite difundir las buenas prácticas que se estén llevando a cabo a través de alianzas tanto con medios como con diferentes herramientas del Ministerio y del Gobierno Nacional”. A su vez explicó que el Registro cuenta con un índice “que permite medir el impacto de las organizaciones y el compromiso en materia de responsabilidad social, por eso tiene tres instancias: mención, reconocimiento y acreditación”.
Luego García Delgado comentó la labor que vienen haciendo desde la Coordinación para “garantizar la igualdad de oportunidades para diferentes grupos vulnerables”. Puntualmente, para que puedan: acceder al mercado de trabajo, desarrollarse en él y permanecer. Con ese fin impulsan el programa “Jóvenes con futuro” destinado a chicos de 18 a 24 años que no hayan terminado los estudios secundarios; coordinan la Comisión Tripartita para la Igualdad de Oportunidades (CTIO) -que abarca desde equidad de género, integración de personas con discapacidad, erradicación del trabajo infantil hasta respeto a la diversidad sexual, entre otros ejes; y están trabajando con un referencial del Sistema de Gestión de la Calidad Ocupacional (SIGECO).
En tanto Piñeiro se explayó sobre el Programa de Reconversión Industrial (PRI): “El core del Programa es que aquellas empresas que tienen problemas desde el punto de vista de cumplimiento normativo ambiental puedan encontrar una vía de reconversión en la cual la Nación y la provincia los estén acompañando y con un waiver respecto a ese proceso de reacomodamiento en los desvíos que puedan tener en el marco normativo”. “Nosotros -aclaró- estamos en el esquema de movernos un poco del command and control para tratar de ir a la prevención y a la gestión a través del cambio”.
Más adelante Basso se detuvo en la reducción de pérdida y desperdicio de alimentos, remarcando que esto tiene relación con la sustentabilidad tanto social, económica como medioambiental. Afirmó que “es un tema muy amplio que nos involucra a todos a buscar soluciones dentro de lo que es el consumo y la producción más responsable”. En este sentido, comentó que con aquellas organizaciones interesadas generan una carta de adhesión al Programa Nacional: “Se trata de un compromiso no vinculante con la otra parte pero que sí genera hacia nosotros un compromiso de trabajar en alguna estrategia”. Además, adelantó que están trabajando en un proyecto para la modificación de la Ley 25.989, “para que sea un incentivo más para donar alimentos aptos para el consumo humano que perdieron el valor comercial”.
Por último, Corradini, expuso sobre los sellos que buscan potenciar desde el Ministerio de Agroindustria: “uno de ellos es el de producción orgánica argentina, otro el de alimentos argentinos y el tercero es el de identificación geográfica o denominación de origen”. “A través de una nueva herramienta, `Sumar Valor´, les estamos ofreciendo tanto a los potenciales productores orgánicos como a los que ya están en la producción orgánica un subsidio de aproximadamente un 70% de la inversión que realicen o hasta un tope de $200.000, con eso queremos potenciar y ayudar a los productores a que obtengan el sello”, resumió. Antes de terminar, trajo a la mesa otra herramienta que está a la luz de concretarse: “es para todas aquellas empresas que ya cuenten con alguno de los sellos, van a tener un reintegro adicional en las exportaciones del 0,5%”.
Dando cierre al encuentro, Dellagiovanna se refirió a los desafíos por delante: “Buscamos poder co-financiar y articular los proyectos, que las organizaciones sean sostenibles en el tiempo, y el desafío más grande, que los negocios en la Argentina sean sostenibles y socialmente responsables. Creo que este último, es un gran desafío que nos ponemos de los dos lados (Estado y empresas). Y que tenemos que trabajar en conjunto, y mostrar esas experiencias positivas”.
Asimismo, Díaz Ardaya, tras agradecer a todos los funcionarios por su disponibilidad, celebró haber realizado este encuentro “porque más allá de la buena voluntad que tiene las empresas -como este grupo de empresas y fundaciones que es el GDFE- de mejorar su capacidad de incidir y de lograr un impacto real y más allá de los esfuerzos del Estado de poder articular y lograr un mejor impacto sin superposiciones, uno de los grandes desafíos que tenemos es conocer más entre el sector privado y el sector público. Ese es un capítulo nuevo que creo se está abriendo”. Y concluyó: “Justamente, entendiendo cuáles son los incentivos reales para que el sector privado pueda movilizar cuestiones del desarrollo sostenible dentro de una empresa, es más factible lograr esa articulación y esa sostenibilidad. Ese conglomerado de objetivos unidos, articulados de un modo más eficiente, nos van a permitir que no se dupliquen los esfuerzos sino que se potencien”.