En Boletín GDFE, junio de 2015
El Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE), en alianza con la Escuela de Negocios de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA, realizó una nueva edición del Seminario “Relaciones con la Comunidad: Generando mayor impacto en la inversión social privada”.
La capacitación reunió como oradores a lo largo de sus cuatro jornadas (10, 16, 23 y 30 de junio) a más de 20 expertos en la temática, quienes acercaron conceptos, compartieron estrategias y herramientas, presentaron casos y reflexionaron junto a los participantes sobre los avances, desafíos y tendencias que enfrentan.
Esta XI Edición tuvo cerca de 50 asistentes, representantes, en su mayoría, de empresas y fundaciones donantes. Y se realizó gracias al apoyo de Supervielle y Disney; y la colaboración de las fundaciones Arcor, La Nación y Noble (perteneciente al Grupo Clarín), EY y Petrobras.
Tras las palabras de bienvenida de Carolina Langan (directora ejecutiva del GDFE) y Federico Molina (director de la Escuela de Negocios de la UCA), Langan junto a Carlos Garaventa (ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA), introdujeron a los participantes sobre el concepto de inversión social privada (ISP) y su visión estratégica. “Desde el GDFE, comprendemos a la ISP como el uso responsable, proactivo y estratégico de recursos privados cuyo retorno esperado es el bienestar de la comunidad y su desarrollo en el largo plazo”, expresó Langan. En tanto, Garaventa, señaló que “el tema de la inclusión social no es solamente un tema de los gobiernos o de las ONGs, debe formar parte también del plan estratégico de las empresas, de su RSE”. “El concepto de estrategia es lo que le da sustentabilidad a los planes de la ONG o de la empresa. Ahora todo esto tiene sentido -aclaró- cuando lo ponemos dentro del marco ético de las decisiones”.
Luego Beatriz Balián (vicerrectora de Investigación de la UCA), en línea con ese marco conceptual, disertó sobre “Empresa y Comunidad”. “Hay una realidad cambiante que va poniendo nuevos desafíos en los temas de comunidad. La RSE en el área de comunidad busca estándares. Entre los estándares de la sociedad civil se habla de LTA: legitimidad, transparencia y accountability (rendición de cuentas)”, comentó. Puso la mirada también, en “generar ejemplaridad”: “Las instituciones sociales son creadas por los hombres y como tales también pueden ser cambiadas por los hombres”. “Esta idea de lo dinámico no hay que perderlo -insistió- y por eso hay que estar atento a lo que viene, hay que tener, de alguna manera, capacidad anticipatoria”.
La clase siguió con el ciclo de gestión de programas de inversión social. Recorrido que comenzó con la “Definición de la política institucional (visión, misión, objetivos)”, desplegada por María Laura Tortorella (jefa de Responsabilidad Corporativa del Banco Galicia). “Una política institucional es una decisión escrita que se establece como una guía, para los miembros de una organización, sobre los límites dentro de los cuales pueden operar en distintos asuntos”, explicó. Y continuó: “Desde el gobierno corporativo en el Banco siempre hubo un compromiso y un convencimiento de que una forma diferente de hacer negocios era considerar el entorno donde uno opera y eso es pensar en una estrategia de sustentabilidad. El tema era cómo involucrar al resto de la organización. Eso requirió de un proceso de maduración. No sucede de un día para el otro. Requiere de un trabajo continuo, permanente, y con todas las áreas”.
La primera jornada terminó con el módulo, “Acercamiento y relación con los destinatarios – Análisis y selección de propuestas”, brindado por Constanza Ortiz (gerente de Proyectos de la Fundación Bunge y Born), quien entre un abanico de recomendaciones que desplegó en la clase, contó cómo `evaluar´ la elegibilidad de una organización solicitante. Se detuvo en cuatro aspectos: “el cumplimiento de los requisitos formales y legales de las ONG´s (registro, memorias, balances, personería jurídica al día); la trayectoria y antecedentes; la capacidad técnica para desarrollar la propuesta; y la visión y aportes innovadores a la problemática a abordar”. Compartió, además, aprendizajes de “Sembrador”, programa de ayuda a escuelas rurales, con alcance nacional, que impulsan desde hace más de 40 años.
El Seminario retomó en su segunda jornada el ciclo de gestión de la inversión social. La primera parte se focalizó en “El impacto de los programas de inversión social”, con Cynthia Giolito (Sr. Manager de Ciudadanía Corporativa de Samsung) y Mauricio Moresco (de la Asociación Cultural para el Desarrollo Integral -ACDI), que presentaron el caso “Gran Chaco Nanum Village”. Moresco contó que Nanum surge “con la idea de dotar a las organizaciones de la comunidad, de la posibilidad de contar con conectividad de Internet y de una formación en alfabetización digital”, atendiendo así a una de las necesidades centrales que tenían en la región para poder desarrollar sus actuales ecosistemas de negocios (ganadero, forestal y cultural). Por su parte, Giolito, destacó: “Creemos que Nanum Village es un modelo de red de redes, de un trabajo en red muy profundo donde articulamos y hacemos alianzas con todos los sectores para producir desarrollo a nivel local”.
María Fernanda Potenza (especialista en evaluación de proyectos sociales y asesora del GDFE) se valió del caso presentado para disparar a los asistentes un cúmulo de preguntas sobre aspectos claves a la hora de hacer evaluación, y ensayar, en conjunto, las respuestas. Más adelante, sumó desafíos para las entidades donantes: “Uno de los desafíos mayores que tienen las fundaciones y las empresas es poder encontrar indicadores transversales que las ayuden a saber en qué medida, realmente, ese pilar que están trabajando -inclusión digital, educación, desarrollo local u otro- efectivamente se logró, es decir una mirada más abarcadora e integral de sus resultados, además de esa mirada micro, de cada proyecto”.
La tercera parte de la jornada, “La voz de los destinatarios – Creando sinergia”, tuvo como oradora a Victoria Ancarola (directora ejecutiva de la Red Argentina de Bancos de Alimentos), quien tras contar acerca de la labor de la entidad, profundizó sobre tres puntos “de mínima” que deben estar presentes en esta relación entre donantes y donatarios. El primero, alianza estratégica: “el mejor aliado para todo lo que tenga que ver con las cuestiones sociales, son las ONGs porque están en el campo, tiene el conocimiento, las herramientas y el acceso a llegadas que la fundación o empresa muchas veces no tiene”. El segundo, “la visión de colaboración”, “estar abiertos a la escucha y pensar juntos”, así como el compromiso y el involucramiento. Y el tercero, “el apoyo sostenido en el tiempo”.
Esta clase finalizó con Gabriel Astarloa (especialista de la temática legal de entidades sin fines de lucro) y Javier Malamud (socio del Estudio Bruchou, Fernández Madero y Lombardi) que disertaron sobre los “Aspectos Legales y Fiscales desde la mirada del donante”, y respondieron asimismo diversas consultas manifestadas por los asistentes. “El problema que tenemos en la legislación, en materia de fundaciones, es que no hemos salido todavía del fanatismo del control -sentenció Astarloa- El Estado mira a las organizaciones sociales, a las asociaciones civiles y fundaciones, más con una perspectiva de control sobre el hacer de la entidad. Prima más esa mirada, que la de fomento, que la de un Estado que vea con buenos ojos que la sociedad civil exista, y entonces promueva, aliente, las iniciativas sociales”.
La tercera jornada giró sobre la comunicación y su impacto. Vanina Triverio (coordinadora del área de Comunicación y Difusión de la Fundación Arcor) y Elizabeth Simone (especialista en Comunicación para Organizaciones Sociales y editora del Boletín Institucional del GDFE), la analizaron desde su enfoque institucional. La comunicación, remarcaron, no se agota en “la transmisión de mensajes” sino que incluye también “las relaciones y conversaciones que atraviesan y constituyen a la organización”. Por otro lado, recordaron que “una de las cosas que tenemos que mirar cuando planteamos una estrategia de comunicación de las inversiones sociales es que haya una co-relación entre lo que la organización es y hace, y entre lo que dice que es y hace”. E insistieron en la importancia de registrar, de sistematizar conocimientos y prácticas, y difundirlos.
Siguió Verónica Zampa (gerente de Comunicaciones Internas y Responsabilidad Social de Petrobras), con su exposición sobre “El Reporte como proceso de gestión de la sustentabilidad”. Opinó que “el reporte es un proceso que se integra con otros y que el mayor valor que tiene es reforzar la cultura de responsabilidad social, de sustentabilidad, dentro de una compañía”. Contó cómo lo llevan adelante en la empresa, y con qué resultados: “Es muy útil y consultado internamente: ayuda a movilizar procesos, a cambiar políticas, a repensar la gestión… y para mí, ahí, está el valor significativo”, resaltó.
Completó este módulo María Julia Díaz Ardaya (gerente de Responsabilidad Social Empresaria del Grupo Clarín), quien analizó la “Relación con los medios de comunicación”. En su ponencia puso el acento en “la creación de terceras fuentes”. “Las fundaciones, las empresas, son fuentes autorizadas pero no siempre las más creíbles”, por eso considero que “el lugar más virtuoso es el encuentro en donde podemos trabajar con la organización aliada para desarrollarlos como fuente”, “que sea la productora de la información”, “de la generación de conocimiento”. Sugirió “fortalecerlas”, “que la comunicación en sí misma sea un producto de nuestra inversión social privada”. “Es un tema reciente. Es un tema que está viniendo y que tiene que ver con crear valor compartido”, sumó.
La XI Edición concluyó con dos módulos que se transmitieron en vivo por el sitio web de la UCA. Uno, sobre voluntariado corporativo, que tuvo como expositores a Daniel Brennan (co-coordinador del Programa Voluntarios de la Fundación Telefónica) y a María Mercedes Di Maggio (analista sr. de Cultura Organizacional de Telecom Argentina). Ambos, además, co-coordinadores del Grupo de Afinidad en Voluntariado Corporativo del GDFE. “El voluntariado es un medio que nos permite ejercer valores y liberar el potencial solidario -expresó Di Maggio en la introducción conceptual- Como también es un espacio que nos permite proponer distintas vías o alternativas para solucionar determinadas problemáticas”. En tanto Brennan se explayó, entre otros aspectos, sobre los beneficios del voluntariado para la empresa. Contó que “eleva el grado de satisfacción del colaborador, mejora el clima laboral, fortalece las relaciones entre la empresa y las OSCs, refuerza las acciones de RSE, y beneficia la imagen y la reputación”.
Luego compartieron sus respectivos casos. Por un lado, “La Red de Voluntarios” de Telecom. Particularmente Di Maggio, se detuvo en uno de sus pilares: “Empleabilidad” y describió acciones que llevan a cabo: desde colaboradores que dictan talleres en escuelas para favorecer la retención escolar; hasta quienes reciben en sus puestos de trabajo a jóvenes que estén cursando quinto año del secundario, interesados en seguir sus carreras; o también capacitaciones que brindan específicamente sobre inserción laboral para chicos con discapacidad. El otro caso fue “Un Día por Ellos”, presentado por Juan Petrovich, jefe de Proyectos Sociales y Voluntarios de la Fundación Telefónica. Comentó que se trata de una de las propuestas que ofrece el programa de Voluntarios Telefónica, mediante la cual colaboradores de toda un área del Grupo Telefónica coordinados con Capital Humano, implementan un proyecto social en una organización propuesta por la Fundación Telefónica, “trabajando una competencia específica”.
El otro módulo correspondió a “Gestión local asociada y programas en alianzas” y tuvo como orador a Silvio Dalbuoni (director ejecutivo de la Fundación Los Grobo) quien llamó, particularmente a las empresas, “a no sólo ser actores sino a transformarse en agentes de desarrollo”. “Soy un actor en tanto existo; soy agente de desarrollo en tanto acciono para transformar el territorio donde tengo presencia”, comparó. Y en línea con esto, contó cómo llevan adelante el programa “Potenciar Comunidades”.
A media mañana se expusieron dos casos de colaboración entre el sector público y privado. Uno de ellos, “Experimento”, a cargo de Nadia Cambón (quien se desempeña en el área de Desarrollo de Programática de la Fundación Siemens): “Nos propusimos llevarle a las escuelas una caja con distintos elementos disparadores: cables, lamparitas, entre otros, para trabajar la ciencia dentro de las aulas, particularmente temas de energía, salud y medio ambiente”. Que puedan “aprender ciencia a través del hacer” e “incorporar capacidades dentro de las aulas a través de la propia experiencia”. La iniciativa, en alianza con el Ministerio de Educación de la Ciudad, alcanzó en cuatro años al 100% de las escuelas porteñas. También la implementan en el partido de Vicente López, en articulación con la Secretaría de Educación.
El otro caso fue “Fortalecimiento de Residencias para Madres en Hospitales Públicos”, presentado por Federico Centeno Lappas (gerente de Relaciones con la Comunidad de Farmacity). El programa, lleva cinco años, y está conformado por una serie de actores: “el Estado, la compañía, los clientes, los empleados, y un organismo internacional: UNICEF”. Aborda la problemática de los bebés prematuros que nacen con menos de 1.500 gramos, y “que en la Argentina, según las estadísticas, tiene un 65% de probabilidades de sobrevida”. “Lo que dicen los expertos es que la atención en los primeros días es determinantes. Y lo que dicen los expertos que más necesitan esos chicos (además de médicos capacitados, enfermeras, incubadoras, etc.) es el vínculo con su madre. Eso es lo que estamos tratando de garantizar a través de este programa”, comentó Centeno Lappas e informó que en lo que va de su puesta en marcha (2011 a la actualidad) ya pusieron en funcionamiento 19 residencias para madres en hospitales públicos de seis provincias.
Las reflexiones de cierre de esta XI edición estuvieron en manos de Carlos March (coordinador de Saber Social de la Dirección de Comunicación Estratégica de la Fundación Avina Argentina). Su ponencia giró sobre “tres elementos claves que no pueden faltar en una estrategia de intervención social”: “lo territorial, la comunicación y la institucionalidad”. Manifestó, por otro lado, que “el territorio de la sociedad civil no es el sector sino la brecha, la brecha que hay entre Estado y mercado, y la brecha que hay dentro del Estado y dentro del mercado”; y que según “la capacidad de recorrer esa brecha se va a poder generar menor o mayor incidencia”. Sostuvo además que “las transformaciones sociales no se logran con sucesos sino con procesos y que hay que tener básicamente: paciencia para sostenerlos; también método, sobre todo método para evaluar porque la sociedad civil hace mucho pero registra poco; e intuición, darnos más espacio para intuir”.