En Boletín GDFE, septiembre / octubre de 2017.
El Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE) abrió un espacio de aprendizaje, intercambio y participación sobre un nuevo paradigma, el de las inversiones sociales de impacto. La Jornada Anual fue el escenario inspirador que reunió a máximos referentes del país y del exterior para entender en qué consisten e inició el debate con todos los actores que forman parte de su ecosistema con el objetivo de seguir trabajando en esa línea. En ese marco, fue presentado recientemente en la sede del GDFE el primer bono de impacto social que tendrá la Argentina y que será lanzado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en marzo de 2018.
“Creemos que es posible crear riqueza económica y social de manera simultánea y sostenible”. Con esta afirmación, inauguró María Julia Díaz Ardaya, presidenta del GDFE, la XV Jornada Anual del Grupo de Fundaciones y Empresas (GDFE) “Dinamizar el desarrollo: Inversiones de Impacto en Argentina”.
Con el auditorio colmado, más de 170 asistentes, y las redes sociales en vivo cubriendo la mañana a través del hashtag #JornadaAnualGDFE, el encuentro cumplió con su propósito: reunir y abrir la conversación entre todos los actores involucrados en el ecosistema de la inversión social en nuestro país: empresas, organismos internacionales, fundaciones, gobierno, inversores y académicos. Todos ellos dijeron presente en el Salón Jacarandá de la Fundación YPF el 26 de septiembre pasado, que una vez más, como señaló su directora Anabel Perrone en las palabras de bienvenida, fue sede de “este espacio ya consolidado para poder debatir, entre todos, oportunidades y desafíos respecto de la inversión social”.
Todos los asistentes llegaron a un acuerdo. Estamos preparados para el cambio. El público participó con pulsadores interactivos en esta conversación que condujo la periodista Estefanía Giganti. “Sí”, fue la respuesta del público ante la pregunta `¿Consideran que en Argentina estamos en condiciones para desarrollar las inversiones de impacto?´ 51% contestó que sí; un 41,2% dijo que medianamente. Inversión de impacto es poder invertir, y buscar un retorno financiero y a la vez un impacto social y medioambiental positivo. El cambio ya es una decisión.
El GDFE comenzó este año un nuevo ciclo que lleva el claro objetivo de ampliar el espectro de acción, enriquecer el diálogo y pensar su rol en una escala mayor. Con la mirada puesta en generar una nueva visión sobre el bien público en Argentina, atravesada por algunos conceptos impostergables: innovación, articulación, incidencia y mirada federal –precisamente sobre ellos giraron los apuntes de la Jornada que se vieron plasmados en las pantallas del Visual Thinking (Pensamiento Visual) que brindó el evento.
Rodrigo Saa, cofundador y socio de Espacio VE de Chile, y María Laura Tinelli, fundadora y directora de Acrux Partners -Reino Unido- y miembro del Grupo de trabajo que está desarrollando el bono de impacto social en la Ciudad de Buenos Aires, fueron los primeros disertantes, encargados de introducir el tema y motivar al público.
Saa dio pistas sobre “Cómo prepararnos para la innovación”. En su presentación, advirtió que “no hay recetas mágicas para innovar”. “Para hablar de inversiones de impacto tenemos que cambiar urgente nuestro mindset”, remarcó. Se refería a dejar de lado nuestros preconceptos a la hora de pensar en inversiones y en retorno económico ligado al bien social. Entre sus claves, propuso un cambio veloz del modo de pensar y potenciar las fortalezas. “Para innovar -siguió- es necesario articular equipos, descubrir en qué somos buenos para apostar a eso”. En toda Latinoamérica nos hace falta “crear valor, capturar valor y distribuir valor”.
A continuación Tinelli observó: “El paradigma está cambiando, y Argentina no es la excepción. Cambian las empresas, cambia la filantropía y el cambio permea también a los inversores”. Afirmó que “estamos en un punto de no retorno hacia una única manera de hacer negocios”. “Invertir hoy es mirar todo: retorno financiero y social”, resaltó.
Luego fue el turno del panel de debate “Fortalecer el ecosistema de las inversiones de impacto: el rol de cada sector.” Participaron: Constanza Gorleri, gerente de Sustentabilidad de Banco Galicia; Matías Bendersky, jefe de la Unidad de Alianzas Estratégicas y Movilización de Recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); Marian Labourt, responsable de Comunicación de Conservation Land Trust (Argentina); Sebastián Welisiejko, ex director de Global Steering Group for Impact Investment (Reino Unido) y pronto a integrar la Jefatura de Gabinete de Ministros; y María Rigou, directora ejecutiva del GDFE, como moderadora.
Welisiejko, recién llegado a la Argentina para asumir un nuevo rol en el ámbito de la Jefatura de Gabinete de Ministros, aseguró que “la inversión de impacto incide en la agenda social y ambiental”. Y analizó: “La filantropía sola no puede responder, los gobiernos y el capital sólo, tampoco. Creo en el rol transformador del sector público. En el Reino Unido, el Estado tuvo un rol catalítico en materia de inversiones de impacto, pero la demanda tiene que estar lista también para recibirlo. El gobierno tiene que meterse mucho más, meterse en la agenda social, más allá de generar una regulación”.
Al mismo tiempo, Bendersky sostuvo que “en un país y en una región percibida como de renta media, fomentar este tipo de inversiones podría potenciar y cubrir parte de la agenda de financiamiento de los ODS de manera sostenible”.
Gorleri, por su parte, subrayó que “el contexto nos demanda acción”. “Desde el sector financiero ya no alcanza pensar a quién se presta y en qué condiciones. Hay que pensarlo como una inversión, y elegir invertir en entidades con propósito”, expresó. En cuanto a las inversiones de impacto, dijo: “salimos de la mirada de riesgo, para ir hacia una mirada de oportunidades”.
En tanto Labourt compartió los proyectos que promueven desde Conservation Land Trust ilustrando con casos concretos, la inversión con impacto. La entidad se dedica a la creación de grandes áreas protegidas con el fin de que sean Parques Nacionales, para ello compra y restaura tierras, promueve la conservación de la biodiversidad, y en las comunidades, un modelo de desarrollo social en base a la producción de naturaleza, buscando que esos Parques Nacionales se conviertan en destinos turísticos. Esto trajo aparejado desarrollo en las zonas que lo rodean: como en la localidad de Carlos Pellegrini, que no hay desocupación. Como también excelentes noticias para el ecosistema: por ejemplo en los Esteros del Iberá donde se volvieron a ver osos hormigueros, su población había desaparecido por completo en 2005. Hoy, tras una labor que les llevó más de 10 años, hay 100 osos hormigueros de los cuales 30 tienen pasaporte ibereño, es decir que nacieron ahí; “eso muestra que el ecosistema ya está funcionando”.
Las inversiones sociales de impacto ya no son una opción. El cambio llegó para quedarse. Fortalecer a los actores, y abrir la conversación entre todos los actores estratégicos: el camino ya está trazado.
La Jornada fue posible gracias al apoyo del BID y de la Unión Europea; y el acompañamiento de: Ernst & Young, Fundación YPF, ICBC, Fundación Mundo Sano, Fundación Arcor, Fundación Williams, Fundación Telefónica y Banco Galicia. Y como media partners: Clarín y Fundación La Nación.
La Jornada Anual fue el puntapié inicial. El GDFE continúa generando conversaciones y acercando propuestas concretas de acción para fomentar las inversiones sociales de impacto en el país. En ese marco el 30 de octubre pasado en la sede del GDFE fue presentado el proyecto del primer bono de impacto social que tendrá nuestro país.
María Laura Tinelli, directora de Acrux Partners e integrante del Grupo de Trabajo que desarrolló este bono, brindó detalles a los socios del GDFE, a quienes además invitó especialmente a participar.
La especialista anticipó que el bono se llamará `Vínculo de Impacto Social´ (VIS) y que pondrá foco en la empleabilidad formal de jóvenes de entre 17 y 24 años en situación de vulnerabilidad, de la zona sur de la ciudad de Buenos Aires. Será lanzado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires en marzo de 2018.
Tinelli explicó que este nuevo vínculo es una forma de invertir que “rompe con la manera tradicional de trabajo del Gobierno, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil”. Que es un esquema de pago por resultados en donde el Gobierno en vez de pagar por un servicio -que es lo que tradicionalmente hace- pagará por resultados y sí y solo sí esos resultados se alcanzan, quien adelanta el capital para la consecución de los mismos es el inversor privado, y quien ejecuta el trabajo es una organización de la sociedad civil o empresa social.
La especialista señaló que “este modelo le permite al Gobierno, a la sociedad civil y al sector privado trabajar juntos para la consecución de un objetivo común algo que tradicionalmente no pasa” y “le da también aire al Estado aire para innovar porque el Estado no tiene que anticipar el capital, puede innovar sin poner a riesgo los recursos del erario público; por eso es un modelo innovador en lo que hace a la inversión social”.
Consultada sobre las oportunidades que se abren en el sector, destacó el interés de las empresas y las fundaciones “porque lo ven como una manera de utilizar el capital con una visión de mucho más largo plazo porque el capital se recicla: una vez que se alcanzan los resultados, ese capital vuelve más una prima como una tasa de retorno sobre el capital invertido, lo cual le da a las fundaciones, a las compañías y a los inversores, la posibilidad de seguir invirtiendo ese capital en ese u otros fines sociales”.