Conclusiones de la XXII Jornada Anual GDFE
En la XXII Jornada Anual de GDFE nos propusimos reflexionar sobre la necesidad de impulsar un movimiento que oriente a todas las instituciones —públicas, privadas y de la sociedad civil— hacia el bien público como fin trascendental. A este movimiento lo concebimos como la “vanguardia que Argentina necesita”.
En un contexto de pérdida de confianza en las instituciones y de deterioro del tejido social, estamos convencidos de que el sector privado tiene un rol crucial que jugar en el desarrollo sostenible del país. Para verificar esta percepción, se lo preguntamos a los más de 300 participantes de la Jornada.
La respuesta fue contundente: casi el 80% de los asistentes coincidió en que Argentina necesita un sector privado con propósito social, comprometido con un desarrollo inclusivo y sostenible que trascienda el éxito financiero. Profundizando en este segmento, más de la mitad (51%) expresó que el sector privado debería asumir un “rol disruptivo que transforme el sistema económico hacia un modelo más justo”, lo cual implica un verdadero desafío al status quo, reconociendo a la empresa privada como un actor social clave para la equidad.
Dentro de este grupo, el 28% destacó la importancia de la rentabilidad y la productividad, siempre que incluyan el impacto social y ambiental en sus operaciones. En contraste, un 20% de los asistentes valoró la generación de empleo y la creación de riqueza como el rol principal del sector privado, mientras que un 1% priorizó la oferta de “bienes y servicios de mejor calidad al menor precio posible”.
Estos resultados reflejan la necesidad de un cambio profundo en la manera de hacer las cosas. Surge entonces una pregunta fundamental: ¿cómo convertimos esta expectativa en acción concreta?
La respuesta fue igualmente enfática: el 85% de los participantes reafirmó que el sector privado debe no solo buscar el crecimiento económico, sino hacerlo de manera consciente y comprometida con el bien público. Esta combinación de enfoque en el bien común e innovación social indica que los encuestados esperan que las empresas lideren con un propósito más amplio, maximizando su impacto positivo en las comunidades y respondiendo a las expectativas de la sociedad.
Casi la mitad de los asistentes consideró que el sector privado debería priorizar el bien común en su toma de decisiones, colaborando con otros actores para enfrentar los desafíos actuales. Esto refleja una expectativa de acción colectiva y la necesidad de alinear esfuerzos para lograr objetivos comunes.
Además, un 39% subrayó la innovación continua no solo como estrategia de crecimiento, sino como una herramienta para integrar objetivos sociales y ambientales. Un 18% destacó la importancia de la inversión a largo plazo para un crecimiento sostenible, y un 2% enfatizó la competitividad como un atributo esencial.
En conclusión, existe una expectativa clara de que el sector privado en Argentina adopte un rol transformador, comprometido con el desarrollo del país y capaz de priorizar el bien común sin descuidar sus propios objetivos. Alinear los esfuerzos hacia un propósito que trascienda el interés individual es esencial en un contexto de pobreza alarmante y polarización. Si la regeneración del entramado social no es misión de una vanguardia, ¿cuál será? ¿Para qué querríamos una verdadera avanzada si no es para una mayor concordia, justicia y la creación de oportunidades para todos? ¿Qué otra vanguardia necesitamos, sino una que impulse el bien público?